La relación de Isaac con su padre, Camilo Díaz Baliño, importante escenógrafo y artista, marcará su vida para siempre. Artísticamente será su primer maestro y su muerte inesperada en el 1936 provocará un cambio muy fuerte en su manera de entender la vida. Por otra parte, “Mimina”, como era conocida su mujer Carmen Arias, funcionará durante más de 70 años como la compañera incondicional y el apoyo necesario para sacar los proyectos adelante.