Isaac en su estudio de O Castro modelando una figura, 1956
Isaac en su estudio de O Castro modelando una figura, 1956

A finales de los años cuarenta, Díaz Pardo cambia Madrid por Galicia y la pintura por la cerámica. Motivado en su mayoria por causas ideológicas, y en el momento de más éxito en su carrera como pintor, decide abandonar todo el universo que rodea esa profesión e investir sus ganancias como retratista en instalar un pequeño taller cerámico en las antiguas cocheras del pazo de la familia de su mujer, Carmen Arias, en O Castro de Samoedo, en Sada (A Coruña). El resultado será la creación de la Fábrica de Cerámica de O Castro.

A finales de los años cuarenta, Díaz Pardo cambia Madrid por Galicia y la pintura por la cerámica y monta un pequeño taller cerámico en O Castro de Samoedo, en Sada (A Coruña).

Portada de catálogo de piezas de Cerámicas de O Castro
Portada de catálogo de piezas de Cerámicas de O Castro

El objetivo inicial era estudiar los caolines de Sargadelos para conocer su calidad. Para enfrentarse a esta dura tarea, Isaac contaba con los conocimientos adquiridos desde muy joven en el taller de su padre, la curiosidad que la lectura de la obra de Felipe Bello Piñeiro, Cerámica de Sargadelos, despertara en él sumado a lo aprendido en la Escuela de Palma en Madrid. Para los comienzos, contó además con la ayuda de Jacinto Alcántara, director de la Escuela de Cerámica de Madrid, con quién se realizan los primeros ensayos con resultados positivos.

En 1949 se constituye la primera sociedad para crear Fábrica de Cerámicas do Castro, formada por el propio Díaz Pardo, Federico Nogueira Pazo y José Rey Romero como socios.

Catálogo juego de café con relieve Anxos, Cerámicas do Castro, 1971
Catálogo juego de café con relieve Anxos, Cerámicas do Castro, 1971

Las primeras piezas son una continuación de la pintura de Isaac trasladadas a la porcelana: mujeres, ángeles, caballos, desnudos, decoradas en rosas, azules, verdes y dorados de tirada limitada. Despué se comienza con los primeros servicios de mesa de una finísima porcelana translúcida, de muchísima calidad. Las piezas del Castro empiezan a comercializarse y resultan un éxito, y en 1952 la fábrica cuenta con 100 trabajadores.

 

Ese pequeño taller dará como resultado la creación de la Fábrica de Cerámica de O Castro. En 1949 se constituye la primera sociedad y en 1952 la fábrica cuenta con 100 trabajadores.

Al tiempo que la producción y el personal crece, Isaac, además de actuar como director, tiene que controlar la producción y resolver atrancos, inventando máquinas, hornos, procesos de fabricación y mismo las normas de trabajo que plasma en originales carteles.

Carteles autoría de Isaac con la filosofía de trabajo en las fábricas
Carteles autoría de Isaac con la filosofía de trabajo en las fábricas

El gran éxito conseguido en O Castro traspasa fronteras e Isaac es invitado desde Argentina a exponer sus cerámicas y a establecer, en terrenos de Magdalena, a 108 km de Buenos Aires, una fábrica de cerámica siguiendo el modelo de O Castro.

Se inicia una etapa nueva, que dura 13 años, de 1955 a 1968, en la que el empresario pasa el año viajando entre los dos continentes, dejando a cargo de O Castro, en sus ausencias, a su mujer y a sus socios.

La experiencia de O Castro traspasa fronteras e Isaac es invitado desde Argentina a establecer una fábrica de cerámica en tierras de Magdalena, a 108 km de Buenos Aires.

Catálogo forma Portomarínica, Cerámicas de O Castro, 1967
Catálogo forma Portomarínica, Cerámicas de O Castro, 1967

Las novedades tecnológicas formales que se llevan a cabo en Magdalena, repercuten positivamente en la modernización de la Fábrica de O Castro y en el propio Isaac, que consolidó y perfeccionó sus conocimientos técnicos como ceramista.

Se inicia una etapa nueva, que dura 13 años, de 1955 a 1968, en la que el empresario pasa el año viajando entre los dos continentes.

Catálogo forma Monférica, Cerámicas de O Castro, 1967
Catálogo forma Monférica, Cerámicas de O Castro, 1967

En 1963, se abre una nueva nave de producción, construida a partir de los planos del arquitecto Andrés Fernández-Albalat. Se introducen también novedades en decoración, con la aparición de las piezas con motivos ornamentales en relieve tallado en la propia porcelana, inspirados en la cultura y tradición de Galicia. Los decorados «portomarínica», «cuncha», «follas», «castrondóurica», «vilar de donas»… fueron un gran éxito y muchos de ellos continúan la comercializándose hoy en día.

Las novedades tecnológicas y formales que se llevan a cabo en Magdalena, repercuten positivamente en la modernización de la Fábrica de O Castro y en el siguiente proyecto: Sargadelos.

Toda esta experiencia sería clave para el siguiente proyecto de Isaac, esta vez de la mano de Luis Seoane y bajo el nombre del Laboratorio de Formas: la recuperación de Sargadelos, en lo que Cerámicas de O Castro sería clave aportando tecnología, financiamiento y personal.

Seoane en su estudio de O Castro. Imagen cedida por la Fundación Seoane
Seoane en su estudio de O Castro. Imagen cedida por la Fundación Seoane

La fábrica de O Castro junto a la de Sargadelos seguirían funcionando bajo la dirección de Díaz Pardo hasta que a principios de los años 2000, un movimiento empresarial por parte de los otros socios lo situarían fuera de los puestos de control. En la actualidad, después de muchos atrancos, los hornos de O Castro y Sargadelos, siguen en funcionamiento con una propuesta más comercial y menos cultural.