Sargadelos antiguo: Historia del complejo industrial de Sargadelos: las fábricas de siderurgia y cerámica

Grabado del Semanario pintoresco que representa las fábricas de loza de Sargadelos, 1851
Grabado del Semanario pintoresco que representa las fábricas de loza de Sargadelos, 1851

La creación del complejo industrial de Sargadelos fue obra de Antonio Raimundo Ibáñez (1749-1809), un ilustrado que nació en la parroquia asturiana de Oscos, limítrofe con Galicia, en el seno de una familia hidalga de escasos recursos. Luego de instalarse en Ribadeo, en 1768, emprendió negocios por cuenta propia hasta convertirse en uno de los comerciantes más notables de la zona.

La creación del complejo industrial de Sargadelos fue obra de Antonio Raimundo Ibáñez (1749-1809), un ilustrado que nació en la parroquia asturiana de Oscos, en el seno de una familia hidalga de escasos recursos.

Homenaje a Don Antonio R. Ibáñez, mural de Luis Seoane en Sargadelos
Homenaje a Don Antonio R. Ibáñez, mural de Luis Seoane en Sargadelos

En 1784, junto con José de Andrés García, rico almacenista de Santiago, fundó la Real Compañía Marítima con el objetivo de comerciar con lino de Rusia, hierro y acero de Suecia, potes de Burdeos y bacalao de Terranova. Además, los dos socios pusieron en marcha, en 1791, el complejo siderúrgico de Sargadelos que, al disolverse la compañía en 1794, quedó en manos de Ibáñez quien, hasta su muerte, dedicó la siderurgia a fabricar lingotes de hierro colado para lastre de los buques de la Armada y, sobre todo, municiones para el Ejército. En 1803 amplió el complejo industrial con el inicio de la construcción de la fábrica de loza que daría fama y transcendencia a Sargadelos.

En un principio, el complejo siderúrgico de Sargadelos sólo fabricaba lingotes de hierro para los buques de la armada y municiones para el ejército.

Catálogo de la fundición, 1849. Colección Seminario de Sargadelos
Catálogo de la fundición, 1849. Colección Seminario de Sargadelos
Escultura de Antonio Raimundo Ibáñez en Sargadelos hecha por la artista Vilma Villaverde
Escultura de Antonio Raimundo Ibáñez en Sargadelos hecha por la artista Vilma Villaverde

Después de la muerte de Ibáñez, se hizo cargo de las fábricas su hijo mayor, José Ibáñez. Durante esta segunda etapa, la siderurgia se centró más en la fabricación de potes que de municiones, que casi dejaron de producirse a partir de 1829. El fallecimiento de José Ibáñez en 1836 supuso el fin de control de Sargadelos por la familia Ibáñez. En 1840, su viuda, Ana Varela, alquiló la siderurgia por veinte años al comerciante de Carril, Ramón Francisco Piñeiro, que se asoció con otros comerciantes y banqueros de Ribadeo, Viveiro y Santiago. En 1845, Piñeiro arrendó, también, a fábrica de cerámica por quince años.

En 1848, los dos socios mayoritarios, Piñeiro y el compostelano Luis de la Riva Barros, junto con otros comerciantes de Santiago, Carril y Madrid, crearon la sociedad Luis de la Riva y Compañía para explotar las fábricas de Sargadelos.

Las primeras pruebas para la fabricación de cerámica comenzaron en 1806, que llegará a producir 20.000 piezas anuales de loza a comienzos de los años treinta del siglo XIX.

Mambrú da 3ª época (1845-1862)
Mambrú da 3ª época (1845-1862)

Entre 1840 e 1860 emprendieron un proceso de modernización técnica y económica de la fábrica que dobló la producción de lingotes de hierro colado y aumentó la fabricación de productos para la conducción de aguas y de consumo doméstico. Finalizado el alquiler de las fábricas, el ingeniero Carlos Ibáñez, nieto del fundador, intentó sin éxito poner de nuovo en marcha los hornos, que se apagaron definitivamente en 1875.

Fonte de la 3ª etapa de Sargadelos (s. XIX)
Fonte de la 3ª etapa de Sargadelos (s. XIX)

Las primeras pruebas para la fabricación de cerámica comenzaron en 1806, en vida del fundador, pero será su hijo José Ibáñez quién ampliará la fábrica original, que llegará a producir 20.000 piezas anuales de loza a comienzos de los años treinta del siglo XIX.

Entre el 1809 y el 1875 la fábrica produció placas, floreros, jarras, lámparas, candelabros, vajillas, objectos de tocador, loza china opaca, jarras Mambrús y vajillas ilustradas con estampaje litográfico.

Podemos diferenciar varias etapas:

La primera etapa (1809-1832),placas, floreros y jarras de estilo neoclásico inspirado en la loza inglesa de Brístol, son de color blanco, con esmalte brillante y acabado cremoso o ligeramente azulado.

La segunda etapa (1835-1842), en la que José Ibáñez forma sociedad con Antonio Tapia y pasa a dirigir la fábrica el francés M. Richard, se caracteriza por fabricación de loza fina de color blanco pintada a mano y por inicio de las primeras pruebas de estampado y policromía, sobresaliendo entre las piezas las lámparas, los candelabros, vajillas, placas de temas mitológicos y religiosos y objetos de tocador.

La contratación de expertos ceramistas extranjeros fue clave para conseguir calidades y variedades excepcionales de figuras y vajillas.

Loza da 3ª época (1845-1862)
Loza da 3ª época (1845-1862)

La tercera etapa (1845-1862), en la que se encargó de la explotación de la fábrica la empresa Luis de la Riva y Compañía, fue la época dorada del Sargadelos histórico: llegaron a trabajar más de 1.000 familias y bajo la dirección del británico Edwin Forester, se consiguieron calidades y variedades excepcionales de figuras y vajillas con introducción de loza china opaca, los estampados monocromas y la impregnación de color en los fondos, destacando piezas tan características como las jarras Mambrús o las vajillas ilustradas con estampado litográfico.

La tercera etapa (1845-1862), fue la época dorada del Sargadelos histórico. En estos momentos llegaron a trabajar más de 1000 familias.

Loza da 3ª época (1845-1862)
Loza da 3ª época (1845-1862)

La cuarta y última etapa (1870-1875) estuvo protagonizada de nuevo por la familia Ibáñez, que recuperó la gestión de Sargadelos y se asoció con los coruñeses Atocha y Morodo en 1873. En estos años, marcados por el cese de las inversiones en nuevas instalaciones y por la renuncia a la contratación de expertos ceramistas extranjeros, la fábrica se limitó a reproducir, sin alcanzar la misma calidad, las piezas de la etapa anterior.

El nuevo Sargadelos

Isaac con la planta circular de Sargadelos
Isaac con la planta circular de Sargadelos

La restauración de Sargadelos, el proyecto más importante que llevó a cabo el Laboratorio de Formas, fue una idea que rondaba en la cabeza de Isaac Díaz Pardo desde que había conocido la historia del complejo industrial, siderúrgico y cerámico, creado por Antonio Raimundo Ibáñez.

La restauración de Sargadelos fue el proyecto más importante que llevó a cabo el Laboratorio de Formas.

Fotografía de los terrenos antes de ser edificados a finales de los años sesenta
Fotografía de los terrenos antes de ser edificados a finales de los años sesenta

Y más aun, desde que experimentara en el Castro, a finales de los años cuarenta y comienzos de los cincuenta, con las arcillas caliníferas que el ilustrado asturiano-galaico y sus descendientes y arrendadores emplearan para fabricar loza en la fábrica de cerámica de Sargadelos en los dos primeros tercios del siglo XIX.

Inauguración de la planta circular en 1970
Inauguración de la planta circular en 1970

En 1964, un año después de su creación, el Laboratorio de Formas constituyó la sociedad de Sargadelos Ltda. que, en 1968, empleando las materias primas de los depósitos vecinos de caolín, iniciaba las pruebas en una pequeña planta experimental. Dos años después se inaugura la planta circular de la nueva fábrica de Sargadelos diseñada por Andrés Fernández-Albalat y comenzaron a ponerse en práctica las ideas del Laboratorio de Formas: el estudio de las formas gallegas y su aplicación a los objetos industriales, concretamente a la cerámica, a la loza y a las piezas ornamentales, con el objetivo de producir un producto diferenciado y con el valor añadido de su garantía de origen.

En 1964, el LF constituyó la sociedad Sargadelos Ltda., 4 años más tarde,se iniciaban las pruebas en una pequeña planta experimental y en 1970 se inaugó la planta circular de la nueva fábrica.

Vista de la fábrica
Vista de la fábrica

Al poco tiempo, los productos fabricados por Sargadelos, con los colores blanco y azul cobalto como elemento de identificación y la actualizada estrella de siete aspas radiales de la primera época como marca, se convirtieron en la cerámica más popular y conocida para gran parte de los gallegos y sus tiendas-galerías en verdaderos centros culturales en las ciudades y villas del país y en embajadas de Galicia en el exterior.

Niños delante de la fábrica de Sargadelos
Niños delante de la fábrica de Sargadelos

En la base del éxito del nuevo Sargadelos estuvieron las ideas del Laboratorio de Formas, pero también la práctica desarrollada anteriormente por Isaac Díaz Pardo en las fábricas de cerámica del Castro y La Magdalena, tanto en la experimentación con las arcillas de Sargadelos, como en el diseño de maquinaria para la fabricación de la cerámica y en el estudio de las formas de organización del trabajo y de la producción.

Los productos fabricados por Sargadelos, con los colores blanco y azul cobalto se convirtieron en la cerámica más popular y conocida para gran parte de los gallegos.

Luis Seoane y Díaz Pardo con el crítico José Corredor Matheos en Sargadelos, 1971
Luis Seoane y Díaz Pardo con el crítico José Corredor Matheos en Sargadelos, 1971

La investigación en los nuevos diseños del nuevo Sargadelos se inició en 1967 y se consolidó a partir de 1970 con la creación del Seminario de Estudios Cerámicos. La investigación se centró en el estudio del arte y la cultura gallega desde el Paleolítico hasta el siglo XX, pasando por los códices medievales, y el arte y la arquitectura popular y el modernismo y las vanguardias. Se sacaron motivos formales de la cultura castreña, de las distintas manifestaciones de la cultura y de la arquitectura popular, del románico e del barroco, de la historia e de las leyendas de Galicia, sin olvidar el modernismo y las vanguardias del siglo XX (constructivistas rusos, racionalistas de la Bauhaus, nuevo diseño americano).

En la base del éxito del nuevo Sargadelos estuvieron las ideas del LF, el diseño de maquinaria y la organización del trabajo y de la producción.

Seoane con su colección de jarras-cabeza, diseñada para Sargadelos, a finales de los años sesenta. Imagen cedida por la Fundación Seoane
Seoane con su colección de jarras-cabeza, diseñada para Sargadelos, a finales de los años sesenta. Imagen cedida por la Fundación Seoane

La mayoría de los diseños salieron de la mano de Isaac Díaz Pardo y del equipo del Seminario de Estudios Cerámicos, pero también se contó, antes de la su prematura y repentina muerte, con la labor de Luis Seoane, autor de las dieciocho jarras-cabeza de personajes gallegos medievales que respondían a la idea pedagógica de divulgar la historia de Galicia también en las tiendas.

La investigación en los nuevos diseños se inició en 1967 y se consolidó a partir de 1970 con la creación del Seminario de Estudios Cerámicos.

Portada del primer catálogo de piezas cerámicas de Sargadelos, 1967
Portada del primer catálogo de piezas cerámicas de Sargadelos, 1967

Con el paso de los años, el nuevo Sargadelos, bajo el liderado de Isaac Díaz Pardo, se consolidó tanto a nivel industrial como referente cultural en Galicia. Se amplió la fábrica de cerámica y se desarrolló un importante labor en el campo del arte/industria por medio del Seminario de Sargadelos (1972) y de sus dos Departamentos de Comunicación y Tecnología, el primero como encargado de todo lo relacionado con el diseño, la investigación histórica, las publicaciones, las exposiciones y la organización de los Seminarios y de las Experiencias de Tecnología y Escuela Libre, y el segundo como responsable de la investigación de materiales y procedimientos.

Se sacaron motivos formales de la cultura castreña y popular, del románico y del barroco, de la historia y de las leyendas de Galicia, sin olvidar el modernismo y las vanguardias del siglo XX.

Cubierta del catálogo de piezas del laboratorio de la quinta etapa de Sargadelos, 1969
Cubierta del catálogo de piezas del laboratorio de la quinta etapa de Sargadelos, 1969

Desde un primer momento, el nuevo Sargadelos puso de manifiesto su ligazón con el Sargadelos histórico: promovió la conservación del viejo complejo industrial y difundió y divulgó la historia del mismo en exposiciones e investigaciones publicadas por Ediciós do Castro.

En 1972 consiguió la declaración de conjunto histórico-artístico para el viejo complejo y posteriormente, logró que el Ministerio de Cultura restaurase la Casa de la Administración, donde tiene su sede el Real Patronato de Sargadelos, encargado de proteger el conjunto. En 1994, desde el Instituto Gallego de Información, Isaac Díaz Pardo fue el principal alentador de la exposición que se montó en el Museo do Pobo Galego sobre Las Reales Fábricas de Sargadelos, el Ejército y la Armada, organizada por el Ministerio de Defensa y del Real Patronato de Sargadelos y que estuvo acompañada de la edición de un catálogo y de ocho volumenes, publicados por Ediciós do Castro, de fuentes y investigaciones históricas sobre el viejo Sargadelos.

El nuevo Sargadelos puso de manifiesto su ligazón con el Sargadelos histórico: En 1972 consiguió la declaración del conjunto histórico-artístico para el viejo complejo.

Interior de la fábrica de Sargadelos
Interior de la fábrica de Sargadelos

La fábrica de Sargadelos junto a la del Castro seguirían funcionando bajo la dirección de Díaz Pardo hasta que a principios de los años 2000, un movimiento empresarial por parte de los otros socios lo situarían fuera de los puestos de control. En la actualidad, después de muchos atrancos, los hornos de O Castro y de Sargadelos, siguen en funcionamiento con una propuesta más comercial y menos cultural.