La relación que a partir de mediados de los años cincuenta van a mantener Isaac Díaz Pardo en la Magdalena y en Buenos Aires con el grupo de intelectuales gallegos exiliados en Argentina, sobre todo con el más importante y brillante de todos ellos, Luis Seoane, tuvo como fruto la creación en 1963 del Laboratorio de Formas de Galicia.
El viaje de Díaz Pardo a Argentina y su encuentro con los intelectuales exiliados, sobre todo con Luis Seoane, tuvo como fruto la creación en 1963 del Laboratorio de Formas de Galicia.
En el manifiesto del Laboratorio, publicado en 1970 y redactado por sus dos fundadores, Seoane y Díaz Pardo, a los que se unirá poco tiempo después de su creación el arquitecto Andrés Fernández-Albalat, se exponía el principal objetivo de la institución: el estudio de las formas desarrolladas en el pasado gallego y las que continuaban vigentes en su aplicación a los objetos industriales para conseguir, yendo más allá del cosmopolitismo, una producción con raíces, diferenciada y que tuviese como valor añadido su garantía de origen («Nosotros queremos enriquecer al mundo con nuestra diferencia», como escribió Seoane).
El principal objetivo del LF era el estudio de las formas desarrolladas en el pasado gallego y en su aplicación a los objetos industriales, para conseguir una producción con raíces.
En el mismo año de su creación, el Laboratorio de Formas firmó un convenio con Cerámicas del Castro, la empresa de cerámica que creara Díaz Pardo junto con otros socios a finales de los años cuarenta, para llevar adelante los proyectos elaborados en ese crisol de ideas que fue el Laboratorio.
Los primeros proyectos realizados por el Laboratorio de Formas fueron la restauración de Sargadelos y la creación del Museo Carlos Maside y de Ediciós do Castro.
Los primeros proyectos realizados por el Laboratorio de Formas fueron:
1. La restauración de Sargadelos. El vehículo más importante para la concreción de las ideas del Laboratorio de Formas en el diseño industrial, con la inauguración de la planta circular proyectada por Andrés Fernández-Albalat y construida cerca de la vieja factoría de siderurgia levantada a finales del siglo XVIII por el empresario Antonio Raimundo Ibáñez.
2. La creación del Museo Carlos Maside. También en 1970, una idea alentada por Luis Seoane que buscaba recoger la obra y la documentación del movimiento renovador del arte gallego a partir de Castelao, fue inaugurado de forma provisoria en unas dependencias cedidas por Cerámicas do Castro hasta que, en 1982, se finalizó su sede definitiva, el edificio de módulos hexagonales diseñado por Albalat al lado de la fábrica de Cerámicas do Castro.
3. Ediciós do Castro, que comenzó su recorrido en 1963 con la publicación de dos álbumes de grabaciones de Seoane, tenía como objetivo difundir la cultura gallega y reconstruir la historia contemporánea de Galicia que, por entonces, permanecía oculta para la mayor parte de la sociedad.
El proyecto de Laboratorio de Formas también contó con la colaboración de exiliados gallegos, como Lorenzo Varela y Rafael Dieste, y de gran parte de la intelectualidad de Galicia. Además de los proyectos mencionados, el Laboratorio llevó a cabo otras actividades importantes: solicitó la declaración de conjunto histórico-artístico del recinto en el que operó el viejo complejo industrial de Sargadelos (1972) y promovió la creación del Seminario de Sargadelos (1972), del Instituto Gallego de Información (1977), del Nuevo Seminario de Estudios Gallegos (1978) y del in/node/52, que acogió los fondos y la sede del Laboratorio Geológico de Laxe de Isidro Parga Pondal, más las Ediciós do Castro y la Imprenta Moret.